viernes, 29 de mayo de 2009

PALABRAS ARNAIZ DESAYUNO

DESAYUNO PRO PASTORAL DE LA SALUD






En los evangelios se narran 25 encuentros de Cristo con enfermos y se nos brinda en ellos un conjunto de inspiradores planteamientos sobre la enfermedad, que la Pastoral de la salud debería tenerlos siempre muy en cuenta. Esos planteamientos rezan así:
La salud es un don de Dios muy quebradizo.
La enfermedad hace consciente al ser humano de su precariedad
La enfermedad no es siempre resultado de nuestros excesos y no arguye, por tanto, necesariamente pecado en nosotros ni en nuestros padres.
De la enfermedad puede surgir la gloria de Dios.
La enfermedad hace pensar en Dios y confíar en El.
Favorece frecuentemente el encuentro hondo con El.
La fe provocada por la enfermedad puede arrancarle a Dios el milagro de la superación de un mal irremediablemente letal.
El pecado, enfermedad del alma, es peor que toda enfermedad del cuerpo.
La enfermedad estremece y anonada al ser humano.
El anonadamiento y temor que estremece al enfermo contagia a todos los que le rodean.
Ante el enfermo, empequeñecido y doliente, ningún ser humano puede mostrarse indiferente, debe detenerse ante él y hacer suyo el dolor ajeno.
Debe inclinarse ante él poner en su acercamiento calor humano y hacerle confiar en la medicina y en Dios.
Si es médico, debe aliviarle el dolor y si es posible curarlo con la ayuda de la ciencia o con el poder infinito de Dios.
Y en el enfermo todo ser humano debe ver al mismo Cristo que identificado con el le solicita ayuda, atención y desvelo


Oh Dios que por boca de Jesucristo esbozaste en la parábola del buen samaritano las líneas fundamentales de una genuina Pastoral de la salud, bendice con largueza la labor de las y los que se dedican con ilusión y entrega a ella; Consuela, alivia y sana a todos sus pacientes; bendice a los que con su contribución económica sostienen esta Pastoral y hacen posibles sus actuales y futuros proyectos. Bendice la iniciativa de este desayuno y haz que año tras año se consolide y crezca. Y, dador de todo bien, recompensa, como tu sabes y acostumbras hacerlo, el desprendimiento y generosidad de los donantes a favor de una causa tan noble y tan reconfortante. Que así sea.

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