viernes, 3 de febrero de 2012

XX Jornada Mundial del Enfermo.MISA CATEDRAL

La Comisión de Pastoral de la Salud celebrarará la XX Jornada Mundial del Enfermo, con el mensaje
de S.S. Benedicto XVI: "!Levántate, vete; tu fe te ha salvado!" (Lc 17, 19), el sábado 11 de febrero,
con una Eucaristía oficiada por S.E.R. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, a las 4:00 PM.,
en la Catedral Primada. Se administrará la Unción de los Enfermos. Anexamos el texto del mensaje.

miércoles, 18 de enero de 2012

SIMPOSIUM SOBRE: “Atención Humanizada al paciente con Enfermedad Terminal”

INVITACION


La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), la Agencia de Salud Especializada en su Casa (ASESCCA) y la Asociación dominicanas de Enfermeras Graduadas (ADEG).

INVITAN AL SIMPOSIUM SOBRE:
“Atención Humanizada al paciente con Enfermedad Terminal”

Fecha: 24 y 25 de febrero 2012
Lugar: Auditorio Ciencias de la Salud
PUCMM. Santiago.
Inversión:$1,300.00 Profesionales
$1,000 Técnicos, auxiliares y público en general


Para mayor información llamar a los teléfonos correspondiente PUCMM 809-580-1962, ASESCCA 809-581-6201 y ADEG 809-685-0402.

Misión médica de "Operación Sonrisa"

La Pastoral de la Salud avisa la tradicional misión médica
de "Operación Sonrisa" dirigida a los niños y niñas que
sueñan con poder sonreir, del 8 al 18 de Febrero de 2012.
Si sabes de un niño o niña con Labio Partido, inscríbelo
para ser operado gratuitamente. Favor llamar al Sr. Martínez Efres
a los Tel. 809-540-5913 y 809-910-8084.
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Información general: Desde ya, se están captando los niños y niñas para
ser evaluados médicamente previo a la operación. También se realiza una
evaluación psicológica a los niños y a su familia. De manera, que se van
preparando para participar en la misión médica del 8 al 18 de febrero de 2012.
Agradecemos todo el apoyo en la difusión de esta importante información.

jueves, 12 de enero de 2012

MENSAJE DEL SANTO PADRE CON OCASIÓN DE LA XX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO (11 de febrero de 2012)

MENSAJE DEL SANTO PADRE CON OCASIÓN DE LA
XX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO (11 de febrero de 2012)
“¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!” (Lc 17,19)

Queridos hermanos y hermanas!

En ocasión de la Jornada Mundial del Enfermo, que celebraremos el próximo 11 de febrero de 2012, memoria de la Bienaventurada Virgen de Lourdes, deseo renovar mi cercanía espiritual a todos los enfermos que se están hospitalizados o son atendidos por las familias, y expreso a cada uno la solicitud y el afecto de toda la Iglesia. En la acogida generosa y afectuosa de cada vida humana, sobre todo la débil y enferma, el cristiano expresa un aspecto importante de su testimonio evangélico siguiendo el ejemplo de Cristo, que se ha inclinado ante los sufrimientos materiales y espirituales del hombre para curarlos.

1. Este año, que constituye la preparación más inmediata para la solemne Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará en Alemania el 11 de febrero de 2013, y que se centrará en la emblemática figura evangélica del samaritano (cf. Lc 10,29-37), quisiera poner el acento en los "sacramentos de curación", es decir, en el sacramento de la penitencia y de la reconciliación, y en el de la unción de los enfermos, que culminan de manera natural en la comunión eucarística.

El encuentro de Jesús con los diez leprosos, descrito en el Evangelio de san Lucas (cf. Lc 17,11-19), y en particular las palabras que el Señor dirige a uno de ellos: "¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!" (v. 19), ayudan a tomar conciencia de la importancia de la fe para quienes, agobiados por el sufrimiento y la enfermedad, se acercan al Señor. En el encuentro con él, pueden experimentar realmente que ¡quien cree no está nunca solo! En efecto, Dios por medio de su Hijo, no nos abandona en nuestras angustias y sufrimientos, está junto a nosotros, nos ayuda a llevarlas y desea curar nuestro corazón en lo más profundo (cf. Mc 2,1-12).

La fe de aquel leproso que, a diferencia de los otros, al verse sanado, vuelve enseguida a Jesús lleno de asombro y de alegría para manifestarle su reconocimiento, deja entrever que la salud recuperada es signo de algo más precioso que la simple curación física, es signo de la salvación que Dios nos da a través de Cristo, y que se expresa con las palabras de Jesús: tu fe te ha salvado. Quien invoca al Señor en su sufrimiento y enfermedad, está seguro de que su amor no le abandona nunca, y de que el amor de la Iglesia, que continúa en el tiempo su obra de salvación, nunca le faltará. La curación física, expresión de la salvación más profunda, revela así la importancia que el hombre, en su integridad de alma y cuerpo, tiene para el Señor. Cada uno de los sacramentos, además, expresa y actúa la proximidad Dios mismo, el cual, de manera absolutamente gratuita, "nos toca por medio de realidades materiales …, que él toma a su servicio y las convierte en instrumentos del encuentro entre nosotros y Él mismo" (Homilía, S. Misa Crismal, 1 de abril de 2010). "La unidad entre creación y redención se hace visible. Los sacramentos son expresión de la corporeidad de nuestra fe, que abraza cuerpo y alma, al hombre entero" (Homilía, S. Misa Crismal, 21 de abril de 2011).

La tarea principal de la Iglesia es, ciertamente, el anuncio del Reino de Dios, «pero precisamente este mismo anuncio debe ser un proceso de curación: "… para curar los corazones desgarrados" (Is 61,1)» (ibíd.), según la misión que Jesús confió a sus discípulos (cf. Lc 9,1-2; Mt 10,1.5-14; Mc 6,7-13). El binomio entre salud física y renovación del alma lacerada nos ayuda, pues, a comprender mejor los "sacramentos de curación".

2. El sacramento de la penitencia ha sido, a menudo, el centro de reflexión de los pastores de la Iglesia, por su gran importancia en el camino de la vida cristiana, ya que "toda la fuerza de la Penitencia consiste en que nos restituye a la gracia de Dios y nos une a Él con profunda amistad" (Catecismo de la Iglesia Católica, 1468). La Iglesia, continuando el anuncio de perdón y reconciliación, proclamado por Jesús, no cesa de invitar a toda la humanidad a convertirse y a creer en el Evangelio. Así lo dice el apóstol Pablo: "Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo, os pedimos que os reconciliéis con Dios" (2 Co 5,20). Jesús, con su vida anuncia y hace presente la misericordia del Padre. Él no ha venido para condenar, sino para perdonar y salvar, para dar esperanza incluso en la oscuridad más profunda del sufrimiento y del pecado, para dar la vida eterna; así, en el sacramento de la penitencia, en la "medicina de la confesión", la experiencia del pecado no degenera en desesperación, sino que encuentra el amor que perdona y transforma (cf. Juan Pablo II, Exhortación ap. postsin. Reconciliatio et Paenitentia, 31).

Dios, "rico en misericordia" (Ef 2,4), como el padre de la parábola evangélica (cf. Lc 15, 11-32), no cierra el corazón a ninguno de sus hijos, sino que los espera, los busca, los alcanza allí donde el rechazo de la comunión les ha encerrado en el aislamiento y en la división, los llama a reunirse en torno a su mesa, en la alegría de la fiesta del perdón y la reconciliación. El momento del sufrimiento, en el cual podría surgir la tentación de abandonarse al desaliento y a la desesperación, puede transformarse en tiempo de gracia para recapacitar y, como el hijo pródigo de la parábola, reflexionar sobre la propia vida, reconociendo los errores y fallos, sentir la nostalgia del abrazo del Padre y recorrer el camino de regreso a casa. Él, con su gran amor vela siempre y en cualquier circunstancia sobre nuestra existencia y nos espera para ofrecer, a cada hijo que vuelve a él, el don de la plena reconciliación y de la alegría.

3. De la lectura del Evangelio emerge, claramente, cómo Jesús ha mostrado una particular predilección por los enfermos. Él no sólo ha enviado a sus discípulos a curar las heridas (cf. Mt 10,8; Lc 9,2; 10,9), sino que también ha instituido para ellos un sacramento específico: la unción de los enfermos. La carta de Santiago atestigua la presencia de este gesto sacramental ya en la primera comunidad cristiana (cf. 5,14-16): con la unción de los enfermos, acompañada con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado, para que les alivie sus penas y los salve; es más, les exhorta a unirse espiritualmente a la pasión y a la muerte de Cristo, para contribuir, de este modo, al bien del Pueblo de Dios.

Este sacramento nos lleva a contemplar el doble misterio del monte de los Olivos, donde Jesús dramáticamente encuentra, aceptándola, la vía que le indicaba el Padre, la de la pasión, la del supremo acto de amor. En esa hora de prueba, él es el mediador "llevando en sí mismo, asumiendo en sí mismo el sufrimiento de la pasión del mundo, transformándolo en grito hacia Dios, llevándolo ante los ojos de Dios y poníendolo en sus manos, llevándolo así realmente al momento de la redención" (Lectio divina, Encuentro con el clero de Roma, 18 de febrero de 2010). Pero "el Huerto de los Olivos es también el lugar desde el cual ascendió al Padre, y es por tanto el lugar de la Redención … Este doble misterio del monte de los Olivos está siempre "activo" también en el óleo sacramental de la Iglesia … signo de la bondad de Dios que llega a nosotros" (Homilía, S. Misa Crismal, 1 de abril de 2010). En la unción de los enfermos, la materia sacramental del óleo se nos ofrece, por decirlo así, "como medicina de Dios … que ahora nos da la certeza de su bondad, que nos debe fortalecer y consolar, pero que, al mismo tiempo, y más allá de la enfermedad, remite a la curación definitiva, a la resurrección (cf. St 5,14)" (ibíd.).

Este sacramento merece hoy una mayor consideración, tanto en la reflexión teológica como en la acción pastoral con los enfermos. Valorizando los contenidos de la oración litúrgica que se adaptan a las diversas situaciones humanas unidas a la enfermedad, y no sólo cuando se ha llegado al final de la vida (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1514), la unción de los enfermos no debe ser considerada como "un sacramento menor" respecto a los otros. La atención y el cuidado pastoral hacia los enfermos, por un lado es señal de la ternura de Dios con los que sufren, y por otro lado beneficia también espiritualmente a los sacerdotes y a toda la comunidad cristiana, sabiendo que todo lo que se hace con el más pequeño, se hace con el mismo Jesús (cf. Mt 25,40).

4. A propósito de los "sacramentos de la curación", san Agustín afirma: "Dios cura todas tus enfermedades. No temas, pues: todas tus enfermedades serán curadas … Tú sólo debes dejar que él te cure y no rechazar sus manos" (Exposición sobre el salmo 102, 5: PL 36, 1319-1320). Se trata de medios preciosos de la gracia de Dios, que ayudan al enfermo a conformarse, cada vez con más plenitud, con el misterio de la muerte y resurrección de Cristo. Junto a estos dos sacramentos, quisiera también subrayar la importancia de la eucaristía. Cuando se recibe en el momento de la enfermedad contribuye de manera singular a realizar esta transformación, asociando a quien se nutre con el Cuerpo y la Sangre de Jesús al ofrecimiento que él ha hecho de sí mismo al Padre para la salvación de todos. Toda la comunidad eclesial, y la comunidad parroquial en particular, han de asegurar la posibilidad de acercarse con frecuencia a la comunión sacramental a quienes, por motivos de salud o de edad, no pueden ir a los lugares de culto. De este modo, a estos hermanos y hermanas se les ofrece la posibilidad de reforzar la relación con Cristo crucificado y resucitado, participando, con su vida ofrecida por amor a Cristo, en la misma misión de la Iglesia. En esta perspectiva, es importante que los sacerdotes que prestan su delicada misión en los hospitales, en las clínicas y en las casas de los enfermos se sientan verdaderos « "ministros de los enfermos", signo e instrumento de la compasión de Cristo, que debe llegar a todo hombre marcado por el sufrimiento» (Mensaje para la XVIII Jornada Mundial del Enfermo, 22 de noviembre de 2009).

La conformación con el misterio pascual de Cristo, realizada también mediante la práctica de la comunión espiritual, asume un significado muy particular cuando la eucaristía se administra y se recibe como viático. En ese momento de la existencia, resuenan de modo aún más incisivo las palabras del Señor: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día" (Jn 6,54). En efecto, la eucaristía, sobre todo como viático, es – según la definición de san Ignacio de Antioquia – "fármaco de inmortalidad, antídoto contra la muerte" (Carta a los Efesios, 20: PG 5, 661), sacramento del paso de la muerte a la vida, de este mundo al Padre, que a todos espera en la Jerusalén celeste.

5. El tema de este Mensaje para la XX Jornada Mundial del Enfermo, "¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!", se refiere también al próximo "Año de la fe", que comenzará el 11 de octubre de 2012, ocasión propicia y preciosa para redescubrir la fuerza y la belleza de la fe, para profundizar sus contenidos y para testimoniarla en la vida de cada día (cf. Carta ap. Porta fidei, 11 de octubre de 2011). Deseo animar a los enfermos y a los que sufren a encontrar siempre en la fe un ancla segura, alimentada por la escucha de la palabra de Dios, la oración personal y los sacramentos, a la vez que invito a los pastores a facilitar a los enfermos su celebración. Que los sacerdotes, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor y como guías de la grey que les ha sido confiada, se muestren llenos de alegría, atentos con los más débiles, los sencillos, los pecadores, manifestando la infinita misericordia de Dios con las confortadoras palabras de la esperanza (cf. S. Agustín, Carta 95, 1: PL 33, 351-352).

A todos los que trabajan en el mundo de la salud, como también a las familias que en sus propios miembros ven el rostro sufriente del Señor Jesús, renuevo mi agradecimiento y el de la Iglesia, porque, con su competencia profesional y tantas veces en silencio, sin hablar de Cristo, lo manifiestan (cf. Homilía, S. Misa Crismal, 21 de abril de 2011).

A María, Madre de Misericordia y Salud de los Enfermos, dirigimos nuestra mirada confiada y nuestra oración; su materna compasión, vivida junto al Hijo agonizante en la Cruz, acompañe y sostenga la fe y la esperanza de cada persona enferma y que sufre en el camino de curación de las heridas del cuerpo y del espíritu. Os aseguro mi recuerdo en la oración, mientras imparto a cada uno una especial Bendición Apostólica.

Vaticano, 20 de noviembre de 2011, solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
BENEDICTUS PP XVI

miércoles, 9 de noviembre de 2011

CONFERENCIA MAGISTRAL: “DE LA DEONTOLOGIA A LA BIOETICA”

CONFERENCIA MAGISTRAL: “DE LA DEONTOLOGIA A LA BIOETICA”
Sábado 5 de noviembre de 2011. Santo Domingo
La Comisión Arquidiocesana de Pastoral de la Salud ha presentado una Conferencia magistral con el tema: “De la Deontología Médica a la Bioética”, a cargo de la Dra. Lourdes Arelis Pepén Díaz, Epidemióloga, Presidenta de la Red de 86 Dispensarios Médicos Católicos (REDIME), de esta Pastoral.

La actividad fue desarrollada en el auditorio de la Universidad Católica Santo Domingo, encabezada por Sor Apolina Pérez Céspedes, Coordinadora Arquidiocesana y Nacional; el Dr. César Iván Feris, Subdirector de la Pastoral de la Salud y Director de la Escuela de Formación de la misma; y el Dr. Freddy Contín, presidente de la Asociación de Médicos Católicos.

Esta importante conferencia forma parte del contenido del Diplomado en Pastoral de la Salud, que se ofrece a profesionales, estudiantes de término y agentes de pastoral de la salud. Además, contó con la presencia de los participantes en el Diplomado de “Pastoral de la Salud”, miembros de la asociación de médicos católicos y de psicólogos, entre otros.

La Dra. Pepén Díaz destacó que el primero de todos los principios que rigen la ética médica o bioética es el valor absoluto de cada persona. Le siguen, el principio de "no hacer daño", el de "hacer el bien", el principio de autonomía o de capacidad de decisión, y por último, el principio de justicia, en el que todos los habitantes deben tener derecho a la misma calidad de atención médica con todos sus adelantos. Asimismo, hay enfatizado que a pesar de no aplicarse en ningún lugar, la sola existencia del principio de justicia nos hace tener esperanza en un mundo mejor, donde el paradigma sea la solidaridad y el amor al prójimo en lugar de la competencia y el triunfo a cualquier precio.

La especialista, puntualizó que los orígenes de la ética médica se atribuyen al médico griego Hipócrates de Cos y que sus principios están basados en conceptos filosóficos, como el de no maleficencia y el de beneficencia. Agregó que el primero, "no hacer daño", permanece tan actual como cuando fue enunciado, ya que los avances de la ciencia y, sobre todo de la tecnología, han otorgado al médico un poder muy grande de hacer daño, aunque sea de manera involuntaria.

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“De la Deontología a la Bioética”. Pág. 2
Explicó que a este principio, le siguió otro de los enunciados hipocráticos: el de la obligación de hacer el bien, que se encuentra subordinado al principio de no hacer daño; es decir, que en caso de conflicto, debe primar el principio de no hacer el mal. En otras palabras, el fin no justifica los medios. Esto le da a la ética médica un carácter de absoluta, en oposición a otras interpretaciones que consideran la ética como algo relativo, generalmente derivado del consenso de la mayoría.
La Pastoral de la Salud.
La Pastoral de la Salud es la presencia y acción de la Iglesia dirigida a la evangelización del mundo a través de la presencia liberadora, curativa y salvadora de Cristo, en la fuerza del Espíritu Santo, y de atención especial y humanizada a las personas que sufren de alguna enfermedad.
Una de las acciones fundamentales de la Pastoral de la Salud es la promoción y prevención de la salud, a través de una red de ochenta y seis (86) Dispensarios Médicos en las catorce zonas pastorales de la Arquidiócesis de Santo Domingo. Así como la formación permanente de sus agentes de pastoral y del personal que trabaja en el sector Salud, a través del Diplomado en Pastoral de la Salud, talleres de formación en valores, Espiritualidad y Humanización en el cuidado del enfermo, y la Estrategia AIEPI (Atención Integrada de las Enfermedades Prevalentes de la Infancia, de 0-5 años), entre otros. También se brindan servicios de psicología y psiquiatría, luego de un diagnóstico y un referimiento por escrito desde alguno de estos dispensarios, y previa cita para la consulta en la Pastoral de la Salud.
Estructura de la Pastoral de la Salud.
Esta Pastoral cuenta con diversas agrupaciones de católicos profesionales de la salud, como son: la Asociación de Médicos, Psicólogos, Psiquiatras, Enfermeras, Odontólogos, Bioanalistas, Farmacéuticos, Escuela de Formación, la Red de ochenta y seis (86) Dispensarios Médicos, y la Asociación de Voluntarias de Hospitales y Servicios de Salud (ADOVOHS), que integra voluntarias del sector salud, tanto públicos como privados y de la Iglesia Católica.

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ARQUIDIOCESIS SANTO DOMINGO
Comisión de Pastoral de la Salud
Tel. 809-681-2005 E-.mail: infopastoralsalud@gmail.com

miércoles, 3 de agosto de 2011

IMPARTIRAN DIPLOMADO EN SALUD

ARQUIDIOCESIS DE SANTO DOMINGO
PASTORAL DE LA SALUD

IMPARTIRAN DIPLOMADO EN SALUD
La Pastoral de la Salud avisa que iniciará el VI Diplomado en Pastoral de la Salud el próximo sábado 7 de agosto, en la PUCMM, en el campus Plaza Universitaria, para el año escolar 2011-2012. Se imparte el primer sábado de cada mes, en horario de 8:00 AM a 1:30 PM, durante tres años.

El Diplomado se realiza en tres ciclos y el programa de estudio cuenta con tres áreas fundamentales: Teología, Pastoral y Psicología, en las que se reflexiona sobre nuestra relación con Dios, conocer la realidad de la persona humana y efectuar eficientemente nuestra labor como agentes de salud. Los temas a desarrollar son, Valores Humanos, Vocación Cristiana, Psicología, Cristología, Antropología, Sacramentos y Pastoral de la Salud, entre otros. Más información en el Tel. 809-681-2005

La Pastoral de la Salud es la presencia y acción de la Iglesia dirigida a la evangelización del mundo a través de la presencia liberadora, curativa y salvadora de Cristo, en la fuerza del Espíritu Santo, y de atención especial y humanizada a las personas que sufren de alguna enfermedad. Una de sus acciones fundamentales es la promoción y prevención de la salud, a través de una red de ochenta y seis (86) Dispensarios Médicos en las catorce zonas pastorales de la Arquidiócesis de Santo Domingo; así como los servicios de psicología y psiquiatría, luego de un diagnóstico y un referimiento por escrito desde alguno de estos dispensarios, y previa cita para la consulta en la Pastoral de la Salud. Nuestro espacio en la Web: www.infopastoralsalud.blogspot.com. E-Mail:infopastoralsalud@gmail.com

lunes, 9 de mayo de 2011

¡!Felicidades Enfermeras en su Día!! 12 de mayo

¡!Felicidades Enfermeras en su Día!!


La Pastoral de la Salud, a través de la sociedad Católica de Enfermería (SOCAENF), felicita a todas las enfermeras por la celebración del “Día Internacional de la Enfermera”, el 12 de mayo de cada año, en honor a la propulsora de la enfermería moderna la señorita Florence Nightingale.


En República Dominicana este día se conmemora con la celebración de diferentes actividades, siendo una de la más importante la Santa Misa en la Catedral Primada de América, donde asiste el personal de enfermería, autoridades del Ministerio de Salud e invitados civiles y militares. La Eucaristía correspondiente será oficiada por S.E.R. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, el jueves 12 de mayo a las 10:00 a.m., en la Catedral Primada.


Esta especial oportunidad es propicia para presentar algunos avances relevantes de la enfermería en nuestro país, ya que en las ultimas dos décadas se ha producido una evolución muy positiva, la cual se va reflejando en el mejoramiento de la calidad de vida de los Recursos Humanos que conforman la profesión de enfermería y en la calidad y humanización de los servicios que éste ofrece a la población.


En general podemos decir que la Enfermería Dominicana ha tomado un repunte en su Ser, su Hacer y su Quehacer, como lo muestran cambios significativos de esta profesión que citamos a continuación:


1.- Logros importantes en las reivindicaciones sociales, como son, cambio en las condiciones de vida logrados a través de proyectos de viviendas propios de las enfermeras, de las cooperativas de las asociaciones de enfermería, seguros de salud, y adquisición de vehículos, entre otros.


2.- Se ha incrementado la proyección social tanto a nivel nacional como internacional


3.- Especialización de las profesionales en diferentes aéreas del conocimiento: Cuidados Intensivos y Emergencias, Administración y Gerencia Hospitalaria, Calidad de los Servicios de Salud, Enfermería Materno-Infantil y del Adolescente, Salud Publica, Salud Ocupacional, Investigación, Bioética, Intervenciones Clínicas y Salud Comunitaria.


4.- Profesionalización de los(as) Auxiliares y Técnicas de Enfermería.


5.- Realización de Investigaciones científicas y basadas en evidencias.


6.- Capacitación en el manejo de las Tecnologías de la Comunicación y la Información


7.- Avances en la producción bibliográfica con publicaciones de libros y periódicos.


8.- Celebración de congresos, jornadas científicas y Cumbres.


9.- Desarrollo de Proyectos de Humanización de los Servicios y del Propio Personal de Enfermería.


10.- Entrega de reconocimientos a la Calidad y el Desempeño Profesional.


11.- Implementación de Proyectos de Enfermería a Domicilio, algunos de ellos acreditados por la SESPAS.


12.- Implementación de Proyectos para el Desarrollo del Liderazgo de las Enfermeras.


13.- Creación y Fortalecimiento de REDES.


14.-Formación de Sociedades Especializadas, incluyendo la más reciente “Sociedad Católica de Enfermería” (SOCAENF) dependencia de la Pastoral de la Salud.


15.- Sometimiento al Congreso Nacional del Proyecto de Ley de Colegiación de las Profesionales de Enfermería.


Al día de hoy la formación de profesionales de la Enfermería se implementa en 11 universidades del país, siendo la UASD la mayor formadora tanto en su Sede como en los Centros Regionales. Que este Día de las Enfermeras, sirva para reflexionar en torno al compromiso que este Recurso Humano tiene con la salud del Pueblo Dominicano.


La Pastoral de la Salud: es la presencia y acción de la Iglesia dirigida a la evangelización del mundo a través de la presencia liberadora, curativa y salvadora de Cristo, en la fuerza del Espíritu Santo, y de atención especial y humanizada a las personas que sufren de alguna enfermedad. Una de sus acciones fundamentales es la promoción y prevención de la salud, a través de una red de ochenta y seis (86) Dispensarios Médicos en las catorce zonas pastorales de la Arquidiócesis de Santo Domingo. Asimismo, la formación permanente de sus agentes de pastoral y del personal que trabaja en el sector Salud, a través del Diplomado en Pastoral de la Salud, Formación en valores, Espiritualidad y Humanización en el cuidado del enfermo, y la Estrategia AIEPI (Atención Integrada de las Enfermedades Prevalentes de la Infancia, de 0-5 años), entre otros. También se brindan servicios de psicología y psiquiatría, luego de un referimiento desde alguno de los dispensarios, previa cita para la consulta, al tel. 809-681-2005.
La Pastoral cuenta con diversas agrupaciones de católicos profesionales de la salud: la Asociación de Médicos, Psicólogos, Psiquiatras, Enfermeras, Odontólogos, Bioanalistas, Farmacéuticos, Escuela de Formación, la Red de ochenta y seis (86) Dispensarios Médicos, y la Asociación de Voluntarias de Hospitales y Servicios de Salud (ADOVOHS), que integra voluntarias del sector salud, tanto públicos como privados y de la Iglesia Católica. Para contactarnos: www.infopastoralsalud.blogspot.com. E-Mail: infopastoralsalud@gmail.com